lunes, 4 de julio de 2011

EL BOSQUE PETRIFICADO DE JARAMILLO

Otro atractivo por excelencia para visitar partiendo desde Puerto Deseado es el yacimiento fósil más importante de la Argentina: El Bosque Petrificado Jaramillo .
Fue creado el 5 de mayo de 1954 por decreto del PEN Nro. 7252, con el fin de preservar el yacimiento fósil .
Para llegar deberás transitar unos 256 km. al suroeste de Puerto Deseado, pasar primero por la localidad de Fitz Roy, de ahí por las Rutas Nac. 281 y 3 en dirección al sur.


Deberás recorrer 70 km hasta empalmar con la Ruta Prov. 49 y por el ripio circular unos 50 km más, hasta encontrarte con la reserva.
25 km. antes de arribar al Bosque (a mano izquierda) se encuentra la Estancia La Paloma del Sr. Urricelqui con posibilidades de acampar y servicios de baños y fogones.
Ocupa un área extensa de 10.000 has y contiene los árboles petrificados más grandes del planeta.


Hay troncos de árboles con 30 m de largo y 2 m de diámetro. Este bosque surgió en medio de condiciones climáticas diferentes a las actuales, cuando aún no existían las altas montañas de los Andes, y los vientos provenientes del Océano Pacífico derramaban copiosas lluvias sobre la Patagonia. Esto posibilitó el surgimiento de frondosa vegetación, que elevó sus copas hasta 100 m de altura.

El objetivo de la reserva es preservar el yacimiento paleontológico y difundir la necesidad de su preservación y cuidado para las generaciones futuras y la investigación científica.
El surgimiento de los Andes fue producto de una intensa actividad volcánica, lo que a la vez provocó la desaparición de fauna y flora abruptamente, sepultando bajo las cenizas tanto animales como vegetación.

El bosque petrificado es uno de los ejemplos sudamericanos del proceso ocurrido durante el período devónico, hace aproximadamente 350 millones de años, cuando aparecieron los primeros vegetales terrestres que a partir de entonces han ido evolucionando hasta llegar a las formas actuales.
Han pasado ya 1.400.000 años y estos restos fósiles de árboles tienen sus raíces allí, no fueron movidos por el viento ni por las diversas acciones naturales. Hoy aún tenemos la posibilidad de contemplar a estos colosos, palpar su dureza granítica y admirarlos en su imponencia.
El ingreso es gratuito y el horario de visita es estricto: de 10 a 20 horas. Hay camping, pero no tiene servicios y no está permitido pernoctar en toda el área. Un guardaparque explica la historia geológica del lugar.

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